Un grupo de amigos que se reunía en el bar Edelweiss decidió, en una charla informal, crear una entidad que aglutinara a la gente de su tierra. Eso fue hace año y medio. En noviembre, estos seis o siete conocidos decidieron, con la ayuda de Luis, uno de los encargados del local, dar forma a su pequeño sueño: así nació de forma oficial la Casa de Ávila en Leganés. Ayer debutó con una fiesta abulense con dulzainas y jotas típicas de Navaluenga, Navarrevisca, Serranillos, Burgohondo, Navalacruz...
El presidente de la Casa de Ávila en Leganés, Jesús Barrio, explicó que uno de sus objetivos principales es darse a conocer a la gente de la ciudad para que se acerquen a la sede de Edelweiss de la calle Ordóñez, se asocien y así puedan organizar más actividades.
Por ahora no reciben un duro del Ayuntamiento -el grupo de dulzainas que amenizó las fiestas patronales les ha costado 600 euros pagados de su bolsillo-, aunque sí se vio al alcalde Montoya -y a su numeroso séquito- por la fiesta, un regidor que ofrece jugosas ayudas a entidades 'amigas'.
Pese a que sólo cuesta 7 euros al año ser socio de la Casa de Ávila, la gente, con lo de la crisis, no se acaba de animar.
Por si les ayudara a ser conocidos, los cerca de treinta socios de la entidad ofrecieron ayer gratuitamente patatas revolconas y limonada a más de 300 personas que disfrutaron de las jotas y pasodobles del grupo de cuatro músicos llegado directamente del corazón del pueblo abulense.
Fue la primera Verbena abulense a ritmo de dulzaina con la actuación Grupo de Dulzainas y Tambores del Alto Alberche.
El presidente de la Casa de Ávila en Leganés, Jesús Barrio, explicó que uno de sus objetivos principales es darse a conocer a la gente de la ciudad para que se acerquen a la sede de Edelweiss de la calle Ordóñez, se asocien y así puedan organizar más actividades.
Por ahora no reciben un duro del Ayuntamiento -el grupo de dulzainas que amenizó las fiestas patronales les ha costado 600 euros pagados de su bolsillo-, aunque sí se vio al alcalde Montoya -y a su numeroso séquito- por la fiesta, un regidor que ofrece jugosas ayudas a entidades 'amigas'.
Pese a que sólo cuesta 7 euros al año ser socio de la Casa de Ávila, la gente, con lo de la crisis, no se acaba de animar.
Por si les ayudara a ser conocidos, los cerca de treinta socios de la entidad ofrecieron ayer gratuitamente patatas revolconas y limonada a más de 300 personas que disfrutaron de las jotas y pasodobles del grupo de cuatro músicos llegado directamente del corazón del pueblo abulense.
Fue la primera Verbena abulense a ritmo de dulzaina con la actuación Grupo de Dulzainas y Tambores del Alto Alberche.
Comentarios
Casita regional, toma majo un centro cívico y dinero; equipito privado, toma majo dinerito... Y a los equipos de aquí que les den dos duros y los apadrinen los ciudadanos.
Ya está bien. Ya os queda menos,.
Así Montoya tiene otra entidad ciudadana que firme comunicados o salga a la calle cuando toquen a rebato desde el Ayuntamiento contra la CAM.
GRUPO RAÍCES-ÁVILA