Carlos Delgado denuncia lo que considera "una mafia político empresarial" que actúa contra ULEG

Una grabación dada a conocer mostraría a Augusto Fuentes, vicepresidente de CEIM y presidente de UNELE, afirmando:
“Si me dicen que aparece Carlos Delgado en una cuneta porque le han dado de hostias… trabajo hay para encontrar quién ha sido”

Hay que recordar que el vicepresidente de UNELE, Francisco Alcaína, fue condenado en firme por un delito de amenazas contra Delgado, afirman los independientes.


El partido vecinal Unión por Leganés-ULEG ha realizado esta mañana de jueves, 23 de mayo de 2019, una rueda de prensa donde ha denunciado "la campaña de infamias y mentiras de los sectores político-empresariales de Leganés y que tendrían como autor intelectual al aún alcalde “socialista”, Santiago Llorente, por el miedo a que exista un gobierno de los vecinos en Leganés que acabe con el cortijo, la red clientelar y toda la mafia instalada en nuestra ciudad y que gira en torno al Ayuntamiento de Leganés", afirman los independientes.

En un episodio escandaloso más, desde el partido vecinal han mostrado a los medios de comunicación una grabación del vicepresidente de CEIM y presidente de UNELE (Unión Empresarial de Leganés) donde se le puede escuchar diciendo frases como “Me está costando sangre, sudor y lágrimas no ir allí y meterle una patada en los huevos… Es un energúmeno”, (refiriéndose a Delgado)

“Hostias le van a llover todas las que quieras y unas pocas más…” o “Si me dicen que aparece Carlos Delgado en una cuneta porque le han dado de hostias… trabajo hay para encontrar quién ha sido”, puede oirse también.

Tal y como ha confirmado Carlos Delgado, “Este es el nivel. Los vecinos deben saber lo que existe en su ciudad. Todas estas campañas, buzoneos de panfletos falsos, suplantando nuestra identidad, robando de Facebook fotos de celebraciones familiares, bodas y personales y manipulándolas… son obra de mafiosos unidos a nivel político-empresarial con miedo de que este domingo se les va a acabar continuar “mangoneando” en el Ayuntamiento de Leganés y esquilmando lo que es de todos. Prometo que si me dan la oportunidad, voy a gobernar para todos, escuchando a los vecinos y vamos a convertir Leganés en la 2ª capital de Madrid y vamos a terminar con estas alimañas de lo público. Palabra”, concluyó Delgado.

En las redes sociales esta grabación circuló generando todo tipo de reacciones.

Comentarios

Hombre sencillo ha dicho que…
Uleg ha sufrido una autentica persecución por los ladrilleros de siempre. Sólo hay que leer el panfleto, llamarlo periódico local seria faltar a la verdad, editado en Getafe para darse cuenta.

En cambio, ni el PPSOE ni el resto de los partidos la sufren. Incluso las huestes del marqués de Galapagar son mimados por el caciquismo local. ¿ Por qué? La pregunta tiene una fácil contestación...

Uleg es perseguido por querer lo mejor para los pepineros. No para los cuatro que viven del sudor ajeno...Recordarlo a la hora de votar.

Esta tarde me voy a pasar por el fin de campaña de Uleg. Tengo que dar un abrazo a un señor muy grande...No es muy alto pero es un ser humano gigantesco: Carlos Delgado. ¡ Aupa Uleg!
El lenguaje amenazante y agresivo es algo totalmente diferente a la franqueza y al rigor y es propio de repúblicas simiescas, dictaduras de extrema izquierda, de extrema derecha o de extremo centro, que desde todo el espectro se puede ser totalitario y antidemocrático.

Por eso, lo primero es la solidaridad con la persona vapuleada, si es político y representa a otros, aún más solidaridad pero no con más razones. La Ley debe proteger a cada individuo independientemente y con igual energía. En este caso esa persona es Carlos Delgado, claramente.

Pero lo segundo es exigir responsabilidades a quienes en lugar de proceder legalmente si tiene diferencias, se dedica a su alivio verbal. Ni franqueza ni rigor, ya lo he dicho, pero tampoco informa ni relata ni expresa opinión en libertad democrática: es directamente amenaza. Supongo que la Ley tendrá la última palabra, pero si no la tuviera los que escuchamos nos hemos formado un juicio y una opinión. La mía precede a estas palabras.

Y una reflexión: cuando lo público y lo privado bailan la danza de los siete puñales, es imposible que no haya un resultado final de víctimas por arma blanca.

Un sistema público que controla la canturreta que vamos a escuchar en concierto sin el maravilloso sistema de selección popular que es la entrada, que decide qué coche es más supercalifragilísticoespiralidoso y ecoguay comprar, que nos dice qué comer, qué decirle sobre los temas íntimos a nuestros hijos y exactamente cuando, cómo y cuando morir y qué donar, cual es el partido de los buenos aunque tengan el mismo nombre que cuando ponían checas que mataban gente, quienes son los malos aunque respeten la Ley y quieran cambios por las vías legales establecidas, quienes los héroes aunque hayan exterminado españoles dejándolos destripados encima del asfalto, pero condenando a los que dejan cagar a su perro en la acera y dedicando recursos para evitar la materia más biodegradable que existe, cuando una lata de cerveza tarda 400 años en desaparecer de la misma calle en la que una mierda de perro desaparece en 1 semana. Ese mundo que nos enchufa a información televisiva monocolor, multinacional del pensamiento único, que nos dicta que el muerto palestino puntúa mientras el muerto israelí se lo merece, aunque la bomba que lo mató sea un niño-bomba de Hamás preparado por su valeroso padre. Una sociedad que nos está quitando las tradiciones como las corridas de toros porque la moda es que son cruentas, nos indica que ir en procesión tras una Virgen o un Cristo es retrógrado y antiguo y nos está haciendo ver bien orinar en la calle como tanta ilustrísima alcaldesa de la formación político-marital de Pablo Iglesias o aparecer en lugares de culto mediodesnuda en actitud disruptiva, como si lo que enseñasen fueran órganos o miembros especiales y distintos a los que todos los humanos tenemos por especie. Esa cultureta generalizada de desdoblar el lenguaje cagándose en siglos de evolución ecológica de las palabras, ordenándonos cómo hablar, como si el control de las palabras llevase como en los viejos rituales a un éxtasis en el que el brujo de la tribu habla con las deidades y es informado de lo que todo el mundo debe hacer. Una mansión en Galapagar para cada uno, claro. Es increíble cómo la ecología solo sirve en una dirección y no para liberar de responsabilidades dudosas a los que gestionan el poder político.

En definitiva, si los empresarios emprenden, los políticos gestionan y facilitan y los ciudadanos vivimos y decidimos por nosotros mismos sin que nadie nos dicte lo políticamente correcto, menos corrupción, no tendría sentido la mafia y sobraría un señor como el tal Rubén, que estaría como loco haciendo triunfar su empresa sin preocuparse de ningún político.