El PP solicita el traslado de la Unidad de Familia ante la situación de descontrol de la Concejalía de Asuntos Sociales

El Partido Popular solicita al Ayuntamiento una solución al problema existente dentro de la Concejalía de Asuntos Sociales, en concreto dentro de la Unidad de Familia.

En primer lugar queremos trasladar que para nosotros la continuidad de esta unidad es irrenunciable, es una herramienta más al servicio de las familias leganenses, una referencia para ayudarles a mejorar la convivencia dentro de su unidad familiar.

Por otra parte, es nuestra intención normalizar la imagen de los servicios sociales, donde trabajan excelentes profesionales que atienden con pulcritud y mucha sensibilidad a todas las personas que acuden a este recurso.

La mayor parte de personas que acuden a nuestros servicios sociales, lo hacen en una situación de vulnerabilidad, bien por motivos económicos, sociales o de cualquier otra índole, lo cual no quita que en algún caso, por la tensión de la situación, puedan desarrollar algún momento de conflicto.

La Unidad de Familia se mantiene actualmente en el centro municipal Ramiro de Maeztu junto con otras entidades que nada tienen que ver con los servicios sociales que esta unidad presta y además este edificio carece de seguridad.

Falta de seguridad

Esta Unidad de Familia se trasladó unilateral y arbitrariamente por parte del gobierno socialista y el tiempo ha demostrado que no es el sitio adecuado, tanto por la falta de seguridad ante posibles conflictos como por la falta de medios técnicos complementarios. La dispersión ha generado que se preste un peor servicio.

El PP pedirá al gobierno socialista que, con la mayor premura, solucione este problema, no haga dejación de funciones y garantice la integridad de la unidad en el lugar más adecuado y con los profesionales que en mejores condiciones puedan atender a las familias. Solamente con el traslado se ganará en prestación de servicios unificando y optimizando recursos.

“La sabiduría popular dice que cuando las cosas funcionan no las toques, pero los socialistas quisieron ir de grandes gurús sociales al principio de la legislatura y el tiempo ha demostrado que ni saben ni quieren. Tenemos unos profesionales con miedo, una Unidad de Familia que no funciona y mientras tanto familias desestructuradas que no reciben apoyo municipal”, afirmó el portavoz 'popular', Miguel Ángel Recuenco.

Comentarios

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Vaya por delante mi respeto a las personas que defienden la dignidad del servicio en la concejalía, porque son valiosos exponentes de un funcionariado puntero y con una experiencia increíble que explica que el servicio continue a pesar de las torpezas de todos los políticos, incluida yo, si las tuve, cuando durante 8 meses estuve a la cabeza de esa gloriosa delegación.

El análisis de la situación de la unidad me imagino que es un agravamiento de lo que pude comprobar cuando me presenté a ellos y les escuché.

Uno de los problemas de los que parten las deficiencias es el convenio con la Comunidad de Madrid que contiene muchas privatizaciones innecesarias y que precariza los contratos con los TS en lugar de afianzar y normalizar sus carreras profesionales. El convenio es negociable, lo es cada año y se puede conformar el servicio con otro modelo, a ser posible que haga recuperar a los TS el control de los expedientes en su faceta técnica y desburocratice su trabajo. En el mundo de la asistencia sanitaria, si los TS fueran médicos o enfermeras pasarían haciendo la lista de los citados para consulta y revisando papeles el 80% del su tiempo profesional.

Eso acarrea una deficiencia de trabajo administrativo que es crónica y sangrante.

Otro de los males de esta unidad es que no está desarrollada dentro de una estructura decretada. Es un apaño que los técnicos organizan para poder sobrevivir en el magma presupuestario de la delegación. Costaría tan poco estructurar los departamentos y dotarles de presupuesto claro y auditable que da vergüenza que se funcione a lo "me cago en diez". No hay orden porque en el caos se disimula mejor, pero esto no es culpa de los técnicos, ni siquiera de los jefes de servicio que bastante tienen con mantener a los políticos con sus zarpas fuera de las decisiones técnicas.

En definitiva, un milagro que se salgan adelante los programas entre medias de un convenio que es como un traje que ya no sienta bien y hay que modernizar y una organización descabezada con políticos que no han entendido nunca que la estructura de la delegación y su correspondiente orgánico en los presupuestos deben coincidir, ser transparentes y no constituir un arcano, un galimatías económico donde todo cabe y no se puede cambiar nada sin producir un terremoto de partidas en capítulos que se copian año tras año sin sentido de la oportunidad ni dirección política alguna.

Quise organizar, pero no llegué a negociar el convenio y así comenzar a desenrollar el ovillo. En cualquier caso, ánimo a los funcionarios. Son magos.