Periodismo ciudadano
Agentes de la Policía Local de Leganés desalojaron a 33 menores que celebraban una fiesta en una discoteca de La Cubierta. Los hechos sucedieron a las 00,50 horas del viernes 27 de junio durante una inspección rutinaria en los bares de la plaza de toros.
Los policías levantaron acta de denuncia a los propietarios de la discoteca por haber permitido el acceso de 33 estudiantes, de 15 años de edad, estudiantes de 4º de ESO en el IES Salvador Dalí que, al parecer, celebraban su fiesta de fin de curso y graduación.
Los menores no tienen permitido el acceso a este tipo de locales, según la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid.
Además, en el momento de la inspección se estaba consumiendo alcohol en el pub, aunque los agentes no pudieron certificar que las copas correspondieran a los menores, ya que en ese mismo momento había varios adultos en su interior.
Agentes de la Policía Local de Leganés desalojaron a 33 menores que celebraban una fiesta en una discoteca de La Cubierta. Los hechos sucedieron a las 00,50 horas del viernes 27 de junio durante una inspección rutinaria en los bares de la plaza de toros.
Los policías levantaron acta de denuncia a los propietarios de la discoteca por haber permitido el acceso de 33 estudiantes, de 15 años de edad, estudiantes de 4º de ESO en el IES Salvador Dalí que, al parecer, celebraban su fiesta de fin de curso y graduación.
Los menores no tienen permitido el acceso a este tipo de locales, según la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid.
Además, en el momento de la inspección se estaba consumiendo alcohol en el pub, aunque los agentes no pudieron certificar que las copas correspondieran a los menores, ya que en ese mismo momento había varios adultos en su interior.
Comentarios
Intentarán la confusión de los ciudadanos entre los locales y el coso, haciéndonos creer que el cambio de mano del coso arreglará los locales por no se sabe aún que proceso de ósmosis, porque los propietarios de locales y sus licencias no cambiarán cuando Julio Torres y sus socios estén reubicados y forrados. Si hubiera un plan para sanear los locales podría hacerse sin adquirir la propiedad de la empresa La Cubierta y si ese fuera el interés profundo, el de unos y otros gobernantes de distinto colorido de corbata y rebaño, ya estaría hecho, al menos empezado.
Si el Ayuntamiento se va haciendo con negocios que ya no van bien y que ya no compensan a sus propietarios, mal vamos y es una pobre interpretación de las funciones propias de la gestión municipal, más bien convertida en salvavidas de negociantes que no han sabido triunfar en el mercado, quizá porque desde su nacimiento reciben alimentación asistida, trato chachi y precio de amigo. Ya se sabe de la robustez de la fauna y flora natural en comparación con las debilidades de la exótica.
Pronto pasaremos a tanta presión y tan confusa sobre lo mucho que nos molestan los elementos de los locales de ocio y lo necesario que es que el Ayuntamiento compre el coso, que nos olvidaremos que si están ahí esas molestias es por autorización y colaboración municipal desde su nacimiento.
Nada bueno augura el traspaso de millones a cambio de un agujero lleno de arena, con instalaciones obsoletas y fuera de ordenanza y que es una ruina. Pero no se olviden de preguntar qué fenómeno de la física, de la química o de la astronomía solucionará lo que a la gente realmente le preocupa, que son los cubiles de ocio que rodean al coso.
Pondrán esa cortina de humo para encubrir una operación de salvamento a la empresa, como si al Titanic llegara un helicóptero e intentaran convencer a la población, al pasaje, de que salvando al más encopetado milloneti, todos serán salvados.
¿No será mejor dar inequívocas señales de que se van a atender las demandas de los vecinos?
A veces nos cuesta muchísimo creer que desde el Ayuntamiento va a gestionarse algo con el único fin de atender necesidades de los ciudadanos y eso comienza a ser irritante y peligroso.