Un paseo fotográfico por el mercado goyesco

A lomos de un dromedario, un caballo o un poni, los niños de Leganés han podido darse una vuelta por el singular mercado goyesco instalado en el casco viejo.

Entre un sinfín de tenderetes se encontraban exquisitos dulces, artículos de artesanía o todo tipo de hierbas para curar cualquier mal del cuerpo y el alma.

Además se podían encontrar antiguos oficios, como el del lutier para arreglar instrumentos musicales. Tampoco faltaba una tejedora o un alambique.

Sin embargo lo que todo el mundo se llevó a la retina de los ojos fue el espacio dedicado a las aves rapaces, cuidadosamente atendidas por el maestro de cetrería.

Como en toda fiesta del 2 de Mayo, no faltaron las tropas francesas acampadas bajo la iglesia de San Salvador, siempre vigiladas por los bandoleros de turno.

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