El "toro del aguardiente" de San Felices (Salamanca) hiere a un corredor leganense

Un hombre, vecino de Leganés (Madrid), ha resultado herido durante el encierro del toro del aguardiente, celebrado hoy en San Felices de los Gallegos (Salamanca), con motivo de las fiestas de El Noveno.

Foto: Juan Carlos Redero Cabezas, de 46 años, vecino de Leganés (Madrid), ha resultado herido durante el encierro del toro del aguardiente, celebrado hoy en San Felices de los Gallegos (Salamanca), con motivo de las fiestas de El Noveno. El herido ha sido embestido por el morlaco durante algo más de un minuto y se ha podido zafar del animal cuando ha logrado refugiarse entre las ruedas de uno de los cuarenta carros de madera que conforman el singular coso de San Felices de los Gallegos

El herido ha sido embestido por el morlaco durante algo más de un minuto y se ha podido zafar del animal cuando ha logrado refugiarse entre las ruedas de uno de los cuarenta carros de madera que conforman el singular coso de San Felices de los Gallegos.

El herido, Juan Carlos Redero Cabezas, de unos 46 años de edad y oriundo de San Felices de los Gallegos, ha tenido que ser atendido por los servicios médicos que cubren estos festejos, según han informado hoy a EFE fuentes municipales.

Posteriormente, el mozo ha sido trasladado hasta el Complejo Hospitalario de Salamanca en una ambulancia, ya que sufría numerosos traumatismos, a causa de las embestidas.

A pesar de la espectacularidad de la cogida, el joven no ha sufrido, en principio, ninguna cornada.

El segundo de los festejos populares celebrado esta mañana ha sido el tradicional encierro a caballo, en el que una veintena de jinetes ha conducido a la manda de toros y bueyes desde una dehesa municipal hasta el coso taurino.

Los toros han ido muy juntos durante todo el trayecto, para el deleite de los numerosos aficionados que se agolpaban tras las talanqueras.

La Plaza Mayor de San Felices de los Gallegos es una de las pocas de España que se sigue construyendo con los carros de madera, que eran tirados por vacas.

Los vecinos del pueblo aportan los carros y entrelazan sus pértigas hasta confeccionar el coso.

Estas fiestas conmemoran una sentencia que se dictó en Valladolid el 11 de mayo de 1852, que abolía el impuesto de la novena parte de la cosecha que tenían que entregar los vecinos de los pueblos salmantinos de San Felices de los Gallegos, Puerto Seguro y Ahigal de los Aceiteros a la Casa de Alba.

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